Dolor Lumbar

Testimonio de una paciente:

“Hace años que sufro de dolor en la espalda. Tengo épocas buenas y épocas malas, pero nunca estoy libre de dolor. Me parece que todo empezó cuando tenía veinte años e iba a un gimnasio, pero ya no me acuerdo bien. Me hicieron muchísimos estudios: resonancias, tomografías, etc. Pero la causa nunca quedó clara. Me hicieron bloqueos e infiltraciones, que funcionaron las primeras veces, pero el dolor siempre volvió, y cada vez el alivio duraba menos. Probé muchísimos remedios, pero ninguno me alivió mucho.”

Este es el testimonio de una paciente como muchos otros. Padece de dolor crónico que es cada vez más prevalente en la población.

Hemos aprendido que los enfoques tradicionales no le sirven a estas personas, las cuales necesitan una estrategia multimodal para poder mejorar su calidad de vida.

¿Sabías que los dolores se dividen en diferentes categorías? El dolor visceral, que es mal localizado y se acompaña de náuseas y sudoración (Ej. un cólico intestinal); el dolor propioceptivo que es bien localizado (como una fractura de un hueso); el dolor neuropático, que se origina en una lesión de un nervio (como ocurre después de un zoster o culebrilla) y el dolor neuroplástico (que se origina en el cerebro).

El primer paso para enfrentar el dolor es saber que tipo de dolor estamos sufriendo.

El dolor lumbar (la parte baja de la espalda) es una de las causas de discapacidad más frecuentes en todo el mundo.

La mayoría de las personas han tenido dolor de espalda alguna vez, y el 15% de la población padece de dolor lumbar crónico (más de tres meses de duración). La mayor parte no mejorará con cirugías ni infiltraciones o bloqueos.

La mejor estrategia radica en cambios del estilo de vida como bajar de peso, hacer una alimentación antiinflamatoria y hacer ejercicios específicos para los músculos de la espalda.